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martes, 13 de enero de 2015

Dioses, sueños y emociones

... Dicen que los dioses quisieron experimentar lo que ahí arriba no era posible, y crearon las emociones.

El espíritu se visitó de alma y memoria. Eligió muy cuidadosamente sus características, sus preferencias, sus recuerdos. Como un manojo de probabilidades, abrió un mapa astral y se lanzó hacia la experiencia en la tierra. Descendiendo a la materia en forma humana, en algún rincón del planeta, nacimos. Entramos a jugar en la matríz del tiempo y el espacio. Y luego comenzamos a encontrarnos.

En los encuentros entre nosotros se teje una red invisible de información emocional. Sistemas de probabilidades que se encuentran y se informan los unos a los otros intercambiando energía. Mentalmente podríamos entenderlo así, emocionalmente lo experimentamos sin palabras. No hace falta decirlo.

Estamos despertando cada vez más a una sensibilidad que nos permite saber en la piel lo que sucede en esos niveles más sutiles, lo que pensamos, lo que sentimos. Sentir dentro de nosotros cómo se mueven las ondas de energía que emanan de todos los seres. Vamos aprendiendo a navegar en esa red de información emocional, también mental y evidentemente física. Resonar, es "vibrar junto a". No resonar es lo opuesto... ¿Que elegimos?

... Desde que iniciamos el viaje de la sanación y la cura interior, nos abrimos a experimentar éste mundo invisible que no solo nos rodea sino que nos traspasa, nos teje y nos cambia en cada momento. Vamos limando capa por capa esas memorias del alma, puliendo nuestro diamante interior con cada encuentro, echando los dados de nuestras probabilidades con cada acción y elección. Abriéndonos a vivir aquí más desde la esencia, cada vez. Eligiendo ser libres.

Elegir... es probablemente el mayor asunto de la humanidad. ¿Elegir en base al miedo o al amor? ¿Elegir hacerlo ahora o después? ¿Elegir desde la mente o desde el corazón? ¿Elegir desde lo que veo afuera o desde lo que intuyo adentro? ... Siempre es elegir. Porque con cada elección configuramos esas probabilidades y las volvemos reales, solo por un momento. Después... todo puede cambiar.

Elegir es una situación humana del día a día. Es un motivo de vida o muerte. En vida elegimos... Cuando morimos dejamos atrás la vestimenta del cuerpo y archivamos las memorias del alma, dejando paso al espíritu para SER. Nos fundimos nuevamente con la totalidad.

Todo ese asunto de vivir fundidos en la totalidad, para algunos de nosotros ha sido un medio de escape de nuestras emociones humanas, impulsos y desesos físicos. Un medio de escape que a veces reprime ciertos pulsares, para elegir otros... Ni bueno ni malo, solo es cuestión de elección.

Escuché hace poco que no hay opuesto de "sueño"... Porque en la dimensión donde los sueños son reales, no hay nada que sea irreal, no hay nada que no exista, no existe la nada. En esa dimensión, todas las elecciones son posibles y todas las realidades son reales. Por eso cuando elegimos realmente seguir nuestros sueños nadie nos para. Por eso hay tantas historias de seres humanos inspirados viviendo sus sueños. Por eso escribo...

Me recuerda a un sueño que tuve, también hace poco. Veía una película con los mismos actores y escenas muy diferentes. Una voz decía: "Hay personas con las que siempre te vas a encontrar, las realidades que ustedes elijan crear dependerán de la apertura de sus corazones."

Abrir el corazón es como todo, cuestión de elección. Nada está predispuesto y al mismo tiempo todas nuestras elecciones ya están hechas. Nada es definitivo, todo es posible y al mismo tiempo lo que es real nos imanta, nos atrae como si de un iman se trarase, para que lo experimentemos, configurando esas probabilidades en cada presente y convirtiéndolas en historia, memoria emocional, información para el alma.

Llega un punto, un momento o varios a lo largo del camino. En que nos damos cuenta que ya no hay vuelta atrás. No hay excusas, no hay pasado que regrese por nosotros y tampoco hay futuro. En esos momentos nos damos cuenta que todo lo que existe verdaderamente es lo que hay aquí. Y ahora.

En esos momentos talvez vislumbramos la primera elección que está más allá de todas las elecciónes: ¿Elejimos abrir el corazon? ... Y tal vez con el tiempo, cada quien a su manera, nos vamos enterando que eso era todo lo que más querían los Dioses al venir aquí a la tierra... La capacidad de experimentarse en realidades más densas. En emociones, en cuerpo físico...

Un día comprendemos que para cumplir el deseo de los Dioses, el primer paso era abrir el corazón.
El segundo, confiar en nuestros sueños.

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