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jueves, 28 de marzo de 2013

El Delicado Arte del Justo Medio

"Ni un poquito más de sal"

Últimamente, me encuentro mucho practicando el arte del justo medio. Tanto así que, en broma, he llegado a decirme a mi misma que porqué no me llevan a un loquero para ver si tanto equilibrio es realmente necesario.

Lo que me deja boquiabierta es descubrir qué sí; en cada momento lo es

Y el equilibrio, el justo medio es interior. Tiene mucho más que ver con qué haces, dices, piensas, sientes y dónde te colocas tu mismo. Aquí en la vida diaria llenecita de mareaas y flujos siempre cambiantes; me estoy dando cuenta qué tan milimétricamente necesario es encontrar ese delicado equilibrio; ese justo medio dentro de nosotros en cada situación y en cada momento.

Dicen que Colón no fue el primero en "descubrir" América y estoy segurísima que no soy la única ni la primera en practicar o intentar practicar el justo medio. Pero sí siento que de un tiempo en adelante, "el justo medio" se está volviendo cada vez más necesario para transitar armónicamente en esta vida... ¿Será lo que le llaman la profundización de la experiencia humana?

Salgo corriendo a la cocina porque anda más de lo necesario el broccoli que acabo de poner al agua hirviendo. Si hierves el broccoli más de lo necesario para que quede verde y semiduro, mueren muchos de los nutrientes que contiene. Mientras hago malabares para recuperar los tallos un poco más hervidos de la cuenta; se me ocurre que tal vez sean esos altos cheffs de cocina los más aparentemente bien entrenados en el arte del justo medio... O tal vez también las abuelitas que preparan ya de memoria esas riquísimas recetas que solo ellas saben. En la cocina, si que surge espontaneamente nuestro fino arte natural del equilibrio y la precisión; así como varios otros artes más... Pero ¿Y en la vida?

"El gran teatro" de la vida, a veces más parecido a un enorme Océano o a una jungla salvaje. Aquí si que se agradece el justo medio. Y no necesariamente lo agradece alguien más, tanto como nos lo vamos agradeciendo nosotros mismos a lo largo del camino. Conforme eso: Profundizamos en la experiencia humana de la vida.

¿Profundizar?... 
¡Profundizar! : Ir cada vez más hondo.

En una Tierra a veces muy llenecita de distracciones, juegos, computadoras, internets, televisiones, peliculas, causas, opiniones, emociones, pensamientos, dime que te diré del qué dirán etc, etc, etc... A veces parece que recién comenzamos a recordar poco a poco y cada uno a su manera, qué tan profunda_mente vivos estamos y qué tanto lo estamos AHORA, en cada instante y en cada lugar.

Profunda mente. La mente en la profundidad. Gusta. Mola. Pone eso que tenemos "ahí arriba", "aquí abajo" y lo rescata desde su palco preferencial para darle lugar en la tribuna... O a veces incluso en la misma cancha, donde sí que ya no pertenece tanto. Cuando la mente entra en equipos, se pone camisetas y juega a perder y ganar... Muy probable que después lo lamente.

Profundizar entonces, ¿Querrá decir hacernos cada vez más cargo de TODA nuestra experiencia en vida? ¿Y el justo medio? ... Queda para los dimes y qué diretes interiores, las sobremesas y los entretantos de quien se anime a jugar a eso del alto cheff o la abuelita de la vida. Y también tal vez para quien no juegue, pero sí que se anime y se siga animando a ponerle el toque justito de sal a la maravillosa experiencia de andar aquí humanamente encarnado en este planeta.

Ni más, ni menos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy claro y presciso texto!!!! Resonantemente profundo!!arribaaaa!!!