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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Relacionando Ando

Tengo una buena noticia!
... Abrí la herida.

La vida te da limones y tu haces limonada...
No son los limones, es la limonada que haces con ellos
lo que la vida realmente te ha dado.


Hace unas semanas que viene abriéndose en mí un nivel de comprehensión de la realidad interpersonal, que antes no había experimentado. Me abrí. Como una nuez que rajó su cascarita y se descubrió a sí misma naciendo. Permití que emociones intensas y profundas, de mi antes muy temida y resguardada sombra, salgan a la luz y me atraviesen por completo... Destruyendo capa tras capa de mi personalidad, llorando y vivenciando emoción tras emoción hasta quedar cada vez más vacía. Sintiendo que voy saciando y cerrando con la antigua necesidad de experimentar sufrimiento y eligiendo ir más allá de la experiencia. Ser el amor detrás de la experiencia, por más dolorosa que ésta parezca ser.

Me limpié. No sé muy bien como colocarlo en palabras, pero es real el sentimiento de flor abierta desde la entraña que ahora me atraviesa.

Y con toda ésa limpieza en todo nivel, aparecen muchas luces en cuanto a las relaciones, que me gustaría compartir. No porque sean verdades, sino porque son verdaderas. A través de ponerlas en palabras siento que integro la experiencia innombrable, álmica, divina, sublime, de la que estoy siendo partícipe.

Ahora mismo me siento como algún viajero multidimensional del espacio tiempo, en algún remoto lugar, comunicándose con una primitiva realidad de intentar bajar a la tierra, a la tridimensión, entendimientos que corresponden a otros niveles de la existencia.... Hago lo mejor que puedo.

Entendí hace poco, que el apego que podía yo sentir hacia el otro, en relaciones íntimas, donde se comparten historias, fluidos, emociones, sentires, caricias, etc... No es un apego al otro, a la persona que está ahí compartiendo eso conmigo... Es un apego o una necesidad de la experiencia, de la conexión, la complicidad, el "toma-que-te-doy, dame-que-recibo" que se genera en una dupla compinchera con la que abres tus vivencias y compartes, caminas, creces a través de cuidar juntos un mismo fuego y hablar de lo que has sentido durante el día.

No es la persona que está ahí, es la experiencia que estoy teniendo con esa persona. Lo que nos vincula, nos teje. Es eso que mi alma está pidiendo, que mi Espíritu también ha venido a experimentar: La experiencia de relacionarse. Con el otro, con la materia, con la creación, la naturaleza, los alimentos, la tierra. Mi ser está sediento de experiencias reales con personas reales, con otros seres abiertos para jugar y relacionarse, estudiarse, observarse, re-conocerse.

Es el reconocmiento que ganamos de nosotros mismos, mediante el reconocernos mutuamente, lo que alimenta el Espíritu detrás de nuestras relaciones. El reconocimiento que se voltea desde afuera hacia adentro y que te permite ver dónde estás, validar lo que sientes, piensas, deseas. 

Siento que recibí un regalo divino. Es el regalo de reconocerme viva, sintiendo, sea lo que sea que sienta, haga lo que haga; poder verme, saberme aquí ocupando éste lugar... Ese regalo divino llegó gracias a que me abrí para relacionarme. De corazón a corazón... a corazón. Sin juicios ni expectativas.

Esa necesidad de reflejarse en el otro y reconocerse estaba antes más allá de mi comprensión y en parte ensombrecida ante la máscara de la auto-sostenibilidad, de la confianza distorcida en Dios que está dentro de mí... Distorcida porque la confianza abre, pero ésta máscara cerraba; medía, proyectaba, programaba, mentalizaba, racionalizaba. Era un viejo mecanismo de defensa para no salir herida. O más bien, para no abrir la herida. Para no sanar, y quedar presa en la experiencia de transitar la vida como una zombie, sin habitarla realmente, sin entrar toda el alma en mi pellejo y permitirme sentir, intercambiar, enamorarme realmente, ser humana.

Había estado todavía con miedo de mi propia humanidad. Ciega y necia en promover experiencias que recreasen patrones perfectos pero irreales, números platónicos, ideales... Para darme cuenta luego, que era yo la que estaba rechazando lo perfecto de la imperfecta experiencia que la vida en cada momento nos propone. Yo rechacé. No me sentí merecedora de estar viviendo una experiencia que yo misma elegí crear, que reflejaba lo autenticamente feliz que soy, por dentro.

Sin culpas. Abrí la herida. Traje hacia afuera y visiblemente todo lo que podía sentir. Sin juzgarlo, permitiendo-me (y tal vez a otros) observarlo, experimentarlo. Sacar de la entraña la carnesita y dejar que sea vista amplia y anchamente. Ventilar la piel debajo de la piel.

Sentí impotencia, celos, rabia, angustia, vacío, soledad, tristeza, dolor, necesidad, apego, carencia... Una licuadora de emociones con vida propia que no paraba de llover a mares dentro mío. Y yo estaba ahí desnuda, sin paraguas. abriendo más los poros para que ésa experiencia me atraviese.

La dependencia emocional ha tomado un nuevo matiz en mi vida. La dependencia emocional es la necesidad de experimentar, reconocer, nombrar y colocar en orden nuestras propias emociones. Para lo cual encontramos un espejo que nos provea de la oportunidad de reflejarlas y reconocerlas.

... Vamos por la vida buscando y encontrando espejos, que nos muestran nuestras cualidades y defectos. Solemos abrazar y desear los que nos reflejan nuestra luz, pero rechazar y escondernos de los que nos reflejan la sombra. Pero lo que vemos no está ahí en los espejos, lo que vemos está en nosotros mismos, reflejado en las personas que aparecen delante de nosotros.

Nuestras relaciones no son definibles por nosotros mismos, porque una relación está hecha de dos o más personas. Una relación es la suma de aquellas personas que se están relacionando, la luz y los colores que brillan a través de esos espejos logrando reflejar infinidad y profundidad. Por eso, nuestras relaciones no son lo que cada uno piensa o siente que son, son más que eso, son mucho más valiosas de lo que podemos sentir o imaginarnos. Son el oro del que está compuesto la experiencia de la vida humana en la tierra. Son el amor que está detrás de ellas mismas, el vínculo.

A la vez, cuando nos relacionamos, estamos cada uno experimentando su propio viaje dentro de esa relación, su propia película de la relación que existe. La película está teñida por las experiencias del pasado cercano o remoto, por las emociones que viven dentro de nosotros. La película de nuestras relaciones es el drama o comedia que cada uno de nosotros se está creyendo que es la relación que estamos viviendo. Hasta que nos damos cuenta de esa película, que muchas veces repetimos... Y elegimos, si queremos, apagar la proyección y dar espacio para experimentar la vida.

Las relaciones son la antesala de la experiencia de la vida. Cuando elegimos destapar los velos de la ilusión, abrimos las capas para experimentar directamente, la pureza de la vida. Ahora entiendo, nuestras relaciones son la oportunidad perfecta para vivir el amor.

Y no somos nosotros desde la mente o la personalidad quienes realmente elegimos. Podemos sí hacerlo de esa manera, pero en lo profundo, quien elije es Dios. Viviendo a través de nosotros y jugando a encontrarse. Por eso no somos nosotros quienes decidimos cuando las relaciones se terminan. Es la relación que lo deja a uno, es la relación que va cambiando de forma y terminándose, porque agota sus posibilidades de seguirnos reflejando (luz u oscuridad)... Cuando nos lo permitimos, cuando permanecemos, no es que salimos de la relación. 

Uno permanece. Si es realmente valiente, uno puede permanecer incluso y sobretodo durante las peores tempestades de la relación. Que son las oportunidades de mayor aprendizaje. Y si uno permanece, entonces finalmente, cuando una relación cambia de forma y trasciende hacia otro tipo de aprendizaje conjunto, no es porque uno lo decide, es porque la relación misma lo demuestra.

Las relaciones son la sumatoria divina mediante la cual Dios (el amor, el big bang, el universo, la energía, todo lo que existe) se está experimentando a sí mismo. Están al servicio del amor, y ¿quién somos nosotros, quién nuestro pequeño ego, para decidir acabar con ésa divina experiencia? 

Yo me quedo. Elijo quedarme aquí, en todas mis relaciones.
Que sea Dios que elija, a través de mí.
Confío.

Elijo honrar, desde éste espacio de consciencia y amor, TODAS mis relaciones. Como los indios Lakota y los abuelos de todos los pueblos, que saben de la perfección divina, la abuela araña que teje con sus hijos mágicos y misteriosos, todo lo que sucede en el espacio tiempo.

Ho'opono pono, por todas mis relaciones, por siete generaciones.

Humanamente, aún me duele. Cada vez menos y cada vez con mayor profundidad de comprehensión. La herida está abierta. Y secando para sanar. No la escondo ni pretendo que se vaya... Ni siquiera en realidad quiero que sane. Estoy contenta con mi herida, es mía, la acepto ahora sí incondicionalmente. Le respeto. Me ha mostrado lo que no podría haber comprendido de cualquier otra forma. La herida me está curando. Y no soy yo la que se cura, es la herida que se está sanando.

Desde aquí, vislumbro una nueva cima de una nueva montaña: La herida no es realmente mía. Y más aún, no es realmente una herida. Más eso todavía, está en la cumbre de más allá, hacia donde yo tranquilamente camino, atenta a todo el encantador paisaje, que en el momento presente, ésta herida que ahora es mía, me está mostrando.


Mientras tanto sigo inspirada, haciendo limonada, componiendo canciones, observando dónde estoy.
Eligiendo SER el Amor más allá de la experiencia.
En profunda gratitud.



martes, 8 de septiembre de 2015

Huevo de Obsidiana (!!!)

Hola Mujeres!!
... Hace un tiempo andaba buscando un huevo de obsidiana para experimentar por mí misma la limpieza y sanación que abajo se describe. En mi último viaje encontré no solo uno sino varios huevitos de obsidiana que traje hasta Lima para compartir con uds. y todas las que deseen emprender éste viaje obsidianico de limpieza y conexión consigo mismas.

Son huevos de obsidiana Peruana. Están a la venta en s/.60.00
Abajo cito un texto que explica muy bien todo lo correspondiente.
Info de contacto para pedidos:
kayanticha@gmail.com
941 - 386 428
¡¡¡Gracias!!!
Fuente: http://mariposadeobsidiana.com/huevo-de-obsidiana/
"El Huevo de Obsidiana es una herramienta terapéutica para sanar memorias del aparato genital femenino. Se recomienda su uso en quistes, miomas, herpes, infecciones vaginales, dolores menstruales. Es un camino hacia la conexión con lo femenino.
  • ¿Qué es la Obsidiana? 
Es lava volcánica (caliente) que al entrar en contacto con la superficie (fría), se condensa y cristaliza, es un cristal mineralizado. Viene literalmente del corazón de la tierra y nos ayuda a emprender el “viaje de regreso a casa”, a la tierra, a nuestro cuerpo. La obsidiana trabaja a nivel mental, físico, emocional, energético y espiritual. Es muy movilizante y muy poderosa.
El uso del huevo de piedra para fortalecer la vagina es una práctica que se desarrolló en la antigua China. Quienes dominaban la técnica gozaban de buena salud,  permanecían jóvenes y espléndidas y sus órganos sexuales se conservaban fuertes y con tono al paso de los años. En su libro  “Amor curativo a través del Tao. Técnicas taoístas para  aumentar la energía sexual femenina” Mantak Chia & Maneewan Chia dicen con respecto a la selección del huevo:
“Buscamos y experimentamos con diferentes materiales y encontramos que los huevos hechos con la roca volcánica llamada obsidiana contiene las propiedades que estamos buscando: el poder yang de un volcán que se origina del poder yin del centro de la tierra. Estas características atraen y concentran la esencia yin de la mujer”.
Si estás interesada en practicar ejercicios con el huevo, los podrás encontrar en este libro.
  • ¿Cómo se usa? 
Lo usamos en la noche para dormir ya que es una piedra lunar. Lo introducimos por el orificio externo de la vagina y contraemos para que recorra todo el canal de vagina hasta el cuello de útero. Al contraer la vagina, contraemos el músculo pubococcígeo (PC) o músculo del amor. El músculo PC es parte de un grupo de músculos que rodean el ano, la vagina, la uretra y sostienen los órganos reproductores. Si el músculo PC tiene un tono bajo, se producen dificultades sexuales, problemas en el parto e incontinencia urinaria. Puedes conocer el tono de tu PC interrumpiendo el chorro de tu orina. Con el huevo de obsidiana ejercitamos este músculo y todo el suelo pélvico, lo que nos proveerá mayor salud y disfrute sexual, así como a nuestra pareja.
Dormimos con el huevo toda la noche y en la mañana al pujar suavemente lo recibimos con la mano cerca y cuidamos que no se caiga. Se pasa por agua del grifo y se guarda hasta la noche siguiente.
Al principio puede pasar que no salga en uno o varios días. Esto es porque algo se está moviendo interiormente, así que no forzamos la salida, se hace vida normal, no molesta, ni duele, ni se sale. Si esta situación te produce ansiedad, una propuesta es bajar al cuerpo, respirar y observar lo que está sucediendo en tu interior y así permitir que la musculatura se relaje, la emoción se exprese y el huevo salga.
  • ¿Cómo se limpia? 
El huevo se limpia físicamente con jabón neutro antes de usarlo y energéticamente exponiéndolo toda la noche a la luz de la luna dentro de un vaso de cristal con agua y un poco de sal marina. Cuando más efecto tiene la limpieza es en luna nueva. También podemos cargarlo de energía lunar exponiéndolo a la luna llena sin agua durante toda la noche.
La limpieza se realiza antes de usarlo por primera vez y en la semana de descanso.
La Obsidiana tiene propiedades antivíricas y antibacterianas así que no es necesario desinfectar el huevo hirviéndolo o con otros productos, ya que puede lastimarse.
  • Selección del huevo
Lo más importante es que te asegures de que el huevo es de obsidiana hecha por artesanos y que esté bien pulida y sin marcas o perforaciones ya que ahí podría alojarse suciedad y bacterias.
  • Tiempo de uso
Una propuesta es usarlo por tres semanas y  descansar la semana de la menstruación. El tratamiento mínimo es de 3 meses  y se recomienda descansar 1 mes , podemos repetir este proceso hasta llegar a los 9 meses, que sería el tratamiento completo, siempre descansando 1 mes en medio y después de los 9 meses, descansar 3 meses.
Para mujeres que no menstrúan, no hay una propuesta específica, pueden seguir la forma anterior o seguir su propio instinto.
  • Cuándo se usa
Antes de comenzar a usar el huevo, es muy importante tener una intención clara para estar dispuesta y abierta a trabajar con los contenidos que puedan surgir, ya que el trabajo es profundo, entonces, ¿por qué y para qué lo uso?
Se recomienda su uso, en cualquier bloqueo o padecimiento a nivel ginecológico como quistes, miomas, papiloma virus, menstruaciones irregulares, dolorosas, etc, así como en procesos creativos, tratamientos para la fertilidad y para conectarnos con lo femenino. Por lo que está indicado para toda mujer adulta que desee comenzar un proceso de limpieza de memorias, conocimiento interior y desarrollo personal.
  • Propiedades y Beneficios
  • La obsidiana por sus propiedades físicas nos conecta con la energía de la tierra.
  • Absorbe energías densas que se materializan en el cuerpo como síntomas físicos o emocionales.
  • Acelera los procesos de sanación del cuerpo, ya que mueve las aguas internas evitando el estancamiento de la energía.
  • Aumenta el sistema inmune y moviliza el qi o energía vital, beneficiando a todo el organismo.
  • Regula el PH de la vagina y fortalece la musculatura, previniendo infecciones. 
  • Equilibra los chakras, principalmente el primero y segundo, con sus correspondientes beneficios.
  • Regula los canales de acupuntura, sobre todo du y ren, permitiendo que la energía circule por la órbita micro cósmica.
  • Abre memoria corporal, lo que nos permite acceder a las fuentes de bloqueo físicos y emocionales.
  • Fortalece el suelo pélvico, previniendo incontinencia urinaria.
  • A nivel emocional, nos permite ver dónde estamos y cómo nos relacionamos con nosotras mismas y con los demás.
  • A nivel mental nos muestra nuestro sistema de creencias y patrones dominantes.
  • A nivel espiritual, nos conecta con la tierra.
Al usar el huevo, entramos en un proceso de trabajo personal, permitiéndonos limpiar memorias corporales, especialmente memorias sexuales y de identidad. El huevo trabaja principalmente el primer y segundo Chakra, sanando y fortaleciendo directamente todo el sistema genital femenino (útero, ovarios, trompas, vagina, cuello del útero) así como vejiga, pelvis e intestino grueso, además, limpia y refuerza la sangre y el sistema inmunitario.
Los primeros días o semanas, nuestras emociones, sueños y procesos cognitivos se intensifican, la obsidiana actúa como un espejo, nos muestra dónde estamos atoradas, teniendo la oportunidad de solucionar y avanzar, libres de lo que nos impide ser y crecer. En este proceso se recomienda acompañamiento psicológico, sobre todo, si en nuestra historia hay temas intensos o difíciles de digerir y sanar. El huevo de obsidiana es una herramienta terapéutica y preventiva para toda la vida.
  • Cuándo no se usa
  • Menstruando o si hay sangrado.
  • Durante el embarazo o dando el pecho.
  • En enfermedades mentales agudas o tomando medicación.
  • Recién operadas, esperar 3 meses o hasta que el sistema esté fuerte.
Durante el tratamiento con el Huevo de Obsidiana, se pueden tener relaciones sexuales (no con el huevo adentro). Es importante que escuchemos nuestras necesidades sexuales, puede suceder que notemos cambios en nuestra libido, escucharse y respetarse es la mejor opción. En cualquier caso, es aconsejable dejar pasar un tiempo entre las relaciones y el momento de ponernos el huevo, ya que ambas atraen mucho tejido sanguíneo a la zona. 
  • El Ciclo Menstrual
“Nuestro ciclo es como el ciclo de una planta. Existe un tiempo indicado para plantar las semillas, para crecer y desarrollar ramas, para soltar semillas y para volver a nuestras raíces” (Annie Shaw).
Miranda Gray en su libro “Luna Roja” nos habla de las 4 fases del ciclo y el psiquismo asociado.
Luna roja

La Dra. Northrup en “Cuerpo de mujer, Sabiduría de mujer” nos habla de dos fases:

Cuerpo de mujer, Sabiduría de Mujer


Esto nos muestra nuestra naturaleza cíclica y el influjo de la luna no sólo en las mareas, también en los fluidos del cuerpo, en el inconsciente y en los sueños. Cuando estamos conectadas con esta naturaleza, nuestros ciclos menstruales se regulan y son una fuente de creatividad, intuición, espiritualidad y crecimiento interior. Nuestra sangre representa lo femenino arquetípico, es una posibilidad de conectarnos con la tierra, con la fertilidad como metáfora. El uso de la copa menstrual nos permite materializar esta sabiduría femenina conectándonos con nuestra propia sangre, pudiendo devolvérsela a la tierra para completar un ciclo y en señal de agradecimiento, dando un giro en positivo a la relación con nuestra menstruación y nuestro ser mujer.
Los dolores menstruales (dismenorrea), las menstruaciones irregulares, las reglas excesivamente abundantes (menorragia), la falta de menstruación (amenorrea) y todas las anormalidades menstruales parecen estar relacionadas con sentimientos negativos y mensajes contradictorios interiorizados respecto al hecho de ser mujer. Esto evidencia la conexión entre nuestra psique, nuestras emociones y nuestro cuerpo.
  • Memoria del cuerpo
Todas las experiencias que vive el cuerpo quedan registradas en él. Nuestros órganos sexuales guardan la memoria de todas las relaciones sexuales que hemos tenido, de la vivencia de ser mujer, de la información sobre la menstruación,  de nuestras creencias y de nuestra  identidad, de la historia transmitida por nuestra madre y nuestras abuelas. ¿Qué aprendí sobre ser mujer? ¿Cómo vivo en mi cuerpo el ser mujer?
Como dice la Dra. Northrup en su maravilloso libro “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer”: “La manera  judeocristiana de ver el mundo que inspira la civilización occidental considera que el cuerpo y la sexualidad femeninos, representados en la persona de Eva, son los responsables de la caída de la humanidad. Durante miles de años las mujeres han sido golpeadas, maltratadas, violadas, quemadas en la hoguera y culpadas de todo tipo de males por el simple hecho de ser mujeres”
Hay mucha memoria que limpiar. Existen formas de “mover” esta memoria anclada en el cuerpo y en el inconsciente colectivo, el uso del huevo de obsidiana es uno de ellos. La única forma de deshacer un tabú, una creencia errónea y de vencer la ignorancia que produce sufrimiento es tomar conciencia, observarnos sin juicio y ser honestas con nosotras mismas haciéndonos responsables de nuestros cuerpos y de nuestras vidas.
NUESTRO CUERPO ES NUESTRA TIERRA, NUESTRA CASA.
  • Bitácora del huevo
Te recomiendo llevar un registro de tu experiencia con el huevo de obsidiana. Algunos aspectos que puedes registrar son:
-          Síntomas físicos (molestias, dolores, frío, calor, expansión, rigidez, relajación….).
-          Estado emocional (tristeza, enojo, alegría, miedo, ansiedad).
-          Pensamientos (temas recurrentes, ideas fijas, falta de concentración…).
-          Sueños (símbolos, pesadillas…).
-          Relaciones  (temas que surjan con mamá, papá, pareja, mujeres….).
-          Sexualidad (deseo sexual, líbido…).
-          Asuntos personales en relación con una misma o con los demás que trabajar.
-          Alimentación (te estás nutriendo o llenando vacíos con algún sabor…).
-          Necesidades, deseos, anhelos…etc.
El trabajo con el huevo de obsidiana es una una posibilidad de abrir las zonas de nuestro cuerpo que están cerradas, de calentar lo frío, de ordenar el desorden, de poner flores en nuestro altar interior y sabernos sagradas como la tierra. "