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martes, 10 de febrero de 2015

Elegir

"La muerte solo deja de atemorizar cuando se ha consumado la vida... La vida no vivida quedaría presa en su interior, sin ser vivida para la eternidad..."


Todos los impulsos que negamos o reprimimos y que vienen desde nuestro interior; quedan atrapados dentro de nosotros a manera de bloqueos. Son como represas de energía que necesitan ser liberadas. La presión que ejercen esas aguas contenidas genera todos los malestares emocionales, físicos y mentales que experimentamos. E incluso, la necesidad de que se nos ayude en el proceso de abrir las compuertas de esas represas y liberar esos impulsos. 

En cierto modo, estos impulsos negados o reprimidos, esta sombra en nuestro interior, genera la necesidad de los puentes y puertas que se abren hacia nosotros para liberarlos. En forma de conversaciones con amigos, sesiones de terapia, abrazos o miradas de complicidad... En parte, son esos impulsos dentro de nosotros los que nos animan a compartir, intercambiar, dialogar, expresarnos y mostrarnos... Pero también, si no son aceptados, se convierten en las aguas turbias de esas represas que tarde o temprano inundarán nuestras vidas.
 
¿Cómo sería si desde temprana edad se nos permitiera manifestar todos nuestros impulsos sn juzgarlos de buenos o malos y sin reprimirlos? ¿Qué pasaría si todo lo que hacemos fuera validado simplemente como lo que ES? ... Si se nos dieran los años de infancia para vivir nuestros impulsos innatos, tal vez maduásemos con menos represiones...Y por ende más sabios, más conocedores de nosotros mismos. Tal vez más seguros de Quien Somos y más dispuestos a serlo.

En la actualidad, ¿Negamos o aceptamos los impulsos de nuestros niños? ¿Colocamos etiquetas a todo lo que hacen, buscamos que hagan siempre "lo correcto" para evitarles el dolor y el sufrimiento? o ¿Somos capaces de validar sus pérdidas y sus logros por igual? ¿Hemos aceptado que el dolor es un maestro y que cuando caemos aprendemos a levantarnos? o ¿Estamos aún entregando ese aprendizaje como experiencia para la siguiente generación? ¿Qué mochila emocional estamos dándoles a nuestros hijos?
 
"Tendría que haber sido yo ántes de convertirme en nosotros"

Dentro de cada uno de nosotros hay impulsos que precisan ser expresados, hay vida que quiere ser vivida, hay amor que necesita ser entregado. Todos tenemos dentro una semilla que desea brotar. Sueños, creatividades, ideas nuevas para nacer desde nosotros. Escondidos en esa sombra donde guardamos nuestras dudas, miedos, vicios, reparos, desconfianzas, desalientos, ambigüedades... Nuestro deseo de experimentar y transformar la realidad en la que llegamos a la tierra es innato, nos pertenece por derecho de aterrizaje en el planeta... Quien realmente busca la libertad, llega en algún momento a ésta puerta.

Si deseamos apropiarnos de nuestro innato deseo de experimentar.. ¿No será nuestra responsabilidad hacer espacio para escuchar esa vida que ha venido con nosotros, dentro de nosotros? De ahí que aprendemos a meditar, hacemos yoga o nos vamos de viaje para encontrarnos. Todo ello respresenta en la generación hoy adulta y adolescente, la necesidad de espacio que no fue provisto en la niñéz. El "nosotros" que fueron nuestros padres ántes de ser el "ellos mismos" que no fueron cuando nacimos. Condiciones que también elegimos en la familia en la que encarnamos, que no se nos ha entregado por mero azar

¿Qué pasaría si diéramos ése espacio a las nuevas generaciones? ¿Qué pasaría con la humanidad si se le fuera permitido ser Sí Misma ántes de ser inundada por el "nosotros" que hemos socialmente aceptado?

Esa vida que hemos elegido traer hacia éste planeta desea manifestarse: Ser yo mismo. Ántes de ser "nosotros". ¿Qué tan fácil o dificil se puede volver el descubrirse a uno mismo cuando desde la cuna se nos entrega el "nosotros"? ... A manera de expectativa conscientes o inconscientes de quienes somos padres, de la ropa que vestimos, de todo el aprendizaje social en el que nos sumergimos, muchas veces ni bien salimos de las entrañas de nuestras madres... E incluso ántes. ¿Cuál es el espacio que se reserva para nosotros? ¿Qué espacio neutral y vacío le podríamos proporcionar a las nuevas generaciones para que se puedan descubrir a sí mismas, confiar en sí mismas, practicar el decidir por sí mismas, ántes de la adolescencia? ¿Cómo abrazar a nuestros hijos al llegar a la vida sin inundarlos de nuestras represas inmanifiestas?

"Para crecer fuerte antes tiene que hundir profundamente sus raices en la nada, aprenda a enfrentarse a su soledad más absoluta... Tiene que estar dispuesto a arder en sus propias llamas... ¿Cómo puede renovarse si antes no se convierte en cenizas?"

Hundir profundamente nuestras raíces en la nada, en la soledad absoluta, es un viaje que nos proporciona gran dosis de autoconocimiento. Cuando salimos de nuestros lugares concurridos, vamos más allá de nuestras rutinas; cuando elegimos hacer esos cambios que muchos de nosotros ya venimos haciendo; lo que muchas veces estamos manifestando es nuestro más reprimido impulso de experimentar. De crear realidades nuevas fuera de nosotros. De experimentarnos libremente, para conocernos y para descubrir quien somos con cada momento de expresión en la vida.

Estos cambios que hacemos en el exterior, reflejan una realidad interna: Deseamos crear nuevas realidades -dentro- de nosotros. Y éstas nuevas realidades ya están ahí, laten, vienen de nuestros impulsos más escondidos en medio de esas sombras negadas. Son aquella semilla de Luz, de Espíritu, que nosotros hemos elegido traer a nacer en la Tierra. El orígen dentro de nosotros está vibrando para ser traído a la Luz.

Tal vez es por eso que siempre hay un retorno en nuestro viaje, una necesidad de volver al origen de donde salimos y practicar ahí todo lo aprendido... En algún momento elegimos volver a una realidad que habíamos elegido "inconscientemente", desde las sombras, para experimentarla desde el nuevo yo que ahora somos, desde la consciencia... Porque, lo que quizá para algunos moralistas sea difícil de digerir; ninguna de nuestras elecciones está errada. Todo lo que elegimos en todo momento es perfecto, refleja a la perfección la combinación divina de Luz y Sombra que nos habita. Y el camino hacia nuestra verdadera liberación es en la integración de todo lo que existe dentro de nosotros.

... Parece que la vida siempre se está pariendo a sí misma.

"Si yo soy capaz de descubrir qué vida quiero, ambos estaremos mejor. Tal vez entonces regrese a ésta vida, pero será porque la he elegido."

Un poder innato del ser humano es el poder de decidir. Elegimos todo, en todo momento. Elegimos la vida que tenemos hoy, la que tuvimos ayer, la vida que tendremos mañana y la que reviviremos una y otra vez en nuestros recuerdos...

Como si no bastara, elegimos nuestros recuerdos. Elegimos una y otra vez repetir o cambiar las historias que creamos, las personas con las que nos relacionamos las elejimos, creemos que no elegimos el amor pero lo elegimos también. Elegimos, desde el subconsciente o el inconsciente, todo lo que emocional, mental y físicamente experimentamos. Conocer nuestro poder de elección nos libera para elegir una y otra vez lo que sea que sume en nuestro camino hacia esa libertad cada vez más real, lo que nos facilite esa capacidad de expresar la semilla de vida que traemos, que es nuestro deseo más concreto: Expresar el pulso de vida que somos.
"El no tomar posesión de sus objetivos es dejar q su vida sea un accidente."

Entonces, cuando comprendemos que tenemos el poder de elegir... Surge otra pregunta: A través de mí, ¿Quién está eligiendo? ¿Elige la máscara? ¿Elige el yo que yo era ayer? o ¿Elige el Ser, el yo que deseo manifestar desde la consciencia? ... En cada momento elegimos "decir sí (o no) en cada minuto de la vida."

De la vida, porque inevitablemente cuando llegue la muerte nos envía hacia otro lugar con otro tipo de elecciones. ¿Nos iremos de la materia con tranquilidad o llevaremos alguna carga, alguna cúlpa de algo que no hemos expresado? ... Todo impulso que negamos se convierte en sombra, en represa. Todo impulso que elegimos aceptar se integra en nuestra Luz, todo impulso que elgimos experimentar colabora con nuestro aprendizaje. El "bien" y el "mal" quedan muy al márgen de éste entendimiento.

Cuando logramos ver la sombra como un impulso interior negado o escondido, pierde su categoría de "mala" para convertirse en álgo que se asemeja más ar un niño que ha sido limitado en su capacidad de manifestarse. Quizá con el tiempo, las nuevas generaciones sigamos descubriendo más de esa sombra, logrando hacer cada vez más espacio ilimitado para los que nos siguen. Quizá nos estemos poco a poco atreviendo a permitirles a nuestros hijos SER ántes que enseñarles cómo. Quizá éste sea un eje del cambio de era en la humanidad...

El pedacito de mochila que cada familia logra transformar ántes de entregar a la siguiente generación, es un pedacito menos de sombra humana en la tierra. Definitivamente, avanzamos hacia mejores tiempos en el interior del corazón humano. Definitivamente nos hemos ido ablandando con los siglos de oscuridad. Definitivamente, es nuestra decisión el creer en las nuevas realidades que deseamos crear. Y somos nosotros los que estamos decidiendo, con cada acción.

Quiza la mayor y tal vez la verdadera libertad que podemos enseñarle a nuestros hijos, sea la de aprender por sí mismos que son ellos los que eligen en la vida. Pero quizá solo podamos lograrlo en la medida que comprendamos verdaderamente que somos nosotros los que elegimos esa libertad. Quizá en la medida en que logremos Ser nosotros mismos ántes de convertirnos en un "nosotros", encontremos que ese "nosotros" que estamos eligiendo, refleja el Ser que realmente somos.;)