Unas veces me retiro.
Poco a poco y bien despacio y en silencio, me retiro.
Recupero, en la retirada, algo más de la esencia mía.
Y en silencio, me retiro.
Me recojo, me recopilo, me pliego como una cortina que se corre.
Entonces, sin correrme, la ventana queda abierta.
Veo los mundos más allá de los mundos,
y también los mundos más allá de ésos.
Unas veces me retiro.
Y poco a poco y bien despacio y en silencio, me retiro.
Me recojo de un abrazo, me recupero de los encuentros.
Me retiro.
Como el viento que pasó y dejó el silencio
de la noche sin estrellas.
Brillando la luna ésta vez, me retiro.
Unas veces me recojo.
Y poco a poco y bien despacio y en silencio, me retiro.
Recojo pedacitos del espejo roto del suelo
Y comprendo.
Sin preguntarle qué había de mí en su reflejo, le retiro.
Recupero en la retirada un poco más de la esencia mía.
Y como la luna cuando mengúa, me retiro.
Unas veces, poco a poco y bien despacio, me recojo.
En la copa de mis aguas, me recojo.
Como si fuera lluvia de una tarde.
Me recojo y me bebo,
me riego, me abundo sobre los campos y sembríos.
Unas veces, en silencio, yo me riego.
Y en regarme muchas veces me retiro.
Muchas veces me retiro.
Poco a poco y bien despacio y en silencio, me retiro.
Y me pregúnto si allá afuera el movimiento sigue siendo.
Si la gente de mi vida se percata,
que poco a poco y en silencio, algunas veces me retiro.
Unas veces me retiro.
... Y me responde de sorpresa una caricia inesperada
Aviso de lluvia segura, registro verbal, visual o táctil de la nueva primavera.
Y poco a poco y en silencio,
me retiro muy despacio de la retirada mía.
Cuando es tiempo de sequía,
abro las alas abundando lluvia recogida en silencio,
cantando canciones recopiladas en retiro.
Y poco a poco y algunas veces, me retiro
Sabiendo que la retirada mía
es reencuentro y bienvenida segura.
Si.
Unas veces me retiro.
Y otras veces,
también vuelvo.